Quiero abrazar mis lágrimas y cobijarme en el seno del crepúsculo,
que la aurora me tome de las manos y vuele hacia su lecho;
Quiero sumergirme en el raccondo que duerme en mi pecho,
y parecer pequeña, silente,
como un brote de hiedra minúsculo.
Tengo un nudo en el pecho.
Tengo una pena concreta.
Tengo un aborto de ideas.
Un vocablo que en el céfiro se desvaneció,
una risa desganada acercándose al sol.
2 comentarios:
Magnifico, como los millones de hijos de Sri Lanka: todos igualmente deliciosos pero ninguno como el anterior.
Este tambien me gustó mucho, pro que quizas de sierta manera me siento identificada, pero me encata la forma en qué utilizas las palabras y las encajas de una manera, deleite manjar para observadores
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