martes, 30 de diciembre de 2008

Vómito estelar

Una negligencia ausente




Acertijo pretérito
de palabras
nimias


Karma insolente
encrucijada
de calvarios arcanos



Pesti lencia
Cata lepcia

Rasguños del tiempo
liberando mis entrañas.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Imágenes


Tomé mis patinos gastados
y me deslicé entre los recovecos
de una ciudad paralela.
Viajé por Progreso, por Segovia,
por un camino de migajas añiles,
hasta dormir en los pastizales
de una remembranza silente.

Vi a vecinos sonrientes
y una historia dormida en ladrillos;
vi la esencia de las antiguas voces
resonando en el sauce cerca de la cancha;
vi las calles húmedas en nostalgia,
un susurro en la sede de vecinos,
un llamado de antaño
que mi juego interrumpió.

Con un columpio de recuerdos,
balanceé mis memorias difusas.
Entre la Acharán y el infinito,
hay como un camino de magnolias.




(Dedicado a Las Animas, pueblo de mi infancia. Parte del proyecto muralista con Mono González)

jueves, 18 de diciembre de 2008

Insomnio



(...)
En la alacena empolvada,
entre las penumbras de un recoveco,
un mensaje yacía dormido
con el aroma de Gabrielle impreso:
"Guíate por las camelias escarlata
que de mis manos inertes nacieron,
y cúbrete de mil mariposas
que vuelan eternamente al compás del dulce viento.
Sigue el caminito de tierra
hasta donde un pequeño sonríe al cielo;
Te esperoen el quinto sol,
al lado de la spuertas del cielo."






















martes, 16 de diciembre de 2008


.











¿Y si dijera que mis neuronas vuelan de mi cráneo
como un par de mariposas extrañas?
De seguro regresarían después de la nueva temporada.

Si por la gracia de nuestra inercia
en un magnetismo regresan a mi lado,
recuperaría mil recuerdos
y un efímero llanto.




El pensamiento es como un café al mediodía.

Espejismo perenne



Una trampa a lo lejos
se trenzó con mi piel.


Un oblicuo
terremoto de catarsis;


Una memoria pretérita
se apiada de nosotros.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Retórica poética


Creé una sintáxis pretérita,
acompasada por una metáfora huraña
que evocaba letras almendradas,
melodías Almidonadas.

Me sumergí en la hipérbole de nuestro romance,
en las sinestesias que guarecen las manos tímidas,
con la inocencia de un roce,
nuestro roce;
limpiando los vestigios de una elipsis casta.
Barriendo tu piel de mi pecho.

Derrames de estrellas sobre los ojos,
una sonrisa clara, un llamado del interior;
la metamorfosis de este ciclo arcano
que comienza con el pálpito de una estocada al alma herida,
sobre un verso libre,
sobre la métrica antagónica que nos encierra a tí y a mí
entre los ríos mareados de tus brazos cobijando mi silueta.

Creé una metáfora cifrada
para tus memorias y las mías;
creé nuestra retórica poética
para danzar entre las letras del vacío.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Poema


las yemas de mi nostalgia
castañetean el aire venidero
respiro perfume insolente
audaz me aventuro a tus sueños
desato nudos de tiempo
deshago horas perdidas
un instante sin fin de proclama
me lanza a la caricia atravesada
nado a las puertas de la nada
y está tu bahía rendida a un lado
sumerjo mi falta extravío mi agonía
te despierto con un susurro sin pausa
Naides
Valentín Romano.
Es un reflejo nítido de un amorío naciente.

sábado, 13 de diciembre de 2008


Te regalo una máscara de sueños,
y un destello de la aurora menguante.
Te invito a saborear letras dulces,
con una pizca de esencia tornasol.

Concepción


Un pequeño
nos sonríe
en la comunión
de nuestros cuerpos.
Basta ver
en sus ojos
la febril dicha
de una caricia convexa
torcida en tu silencio.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Mutación


Como en un pasadizo recorrí la niebla,
y vi la silueta difusa de dos espectros silentes.
Fue un cantico de susurros gemelos en la gélida brisa,
un alma dividida en dos, con un misterio guarecido en el vientre.


Eran como dos sonrisas lejanas al umbral del sol,
como dos halos de luz quebrajándose en el vacío;
Eran como un vocablo sombrío trizando el silencio,
la analogía del crepúsculo menguando en el frío.


Eran dos estrellas silentes que de la mano danzaban
por las dimensiones dormidas del firmamento;
Una luna creciente que les cobijaba en su seno,
una distancia rota en la faz del viento.


Sonreían con espasmos muertos por la penumbra,
en la concepción de la aurora creciente;
sonreían con espasmos vívidos de gloria añil,
en los recovecos más profundos de este romance impaciente.