Te miro de lado
desnuda, con los ojos diáfanos;
el vino se aconcha en su vaso.
Se empapa el cielo
de medianoches taciturnas
y yo, sobre tu vientre.
El tiempo nos habla por la ventana.
Ahora cae el vacío
y me deja muda,
con la pupila descalza
drenando el tiempo.
Trenzarás entonces mi pelo
golpeando la galaxia un murmullo.
El epicentro onírico,
cerca de un arándano;
ese sería mi Valhala.
2 comentarios:
La ultima linea esta demás.
Hermoso!
(Ahora el comentario como corresponde)
No se porque, pero suelo siempre asociar a las personas en lo que escriben. Esta vez no fue la excepción. Delicado, romántico, erótico, femenino y quizas por eso un poco lésbico.
Hay palabras que se han vuelto tuyas tanto releerlas en tus poemas, cosa que a ratos me incomoda, pero que resulta en una identidad propia, en su totalidad.
Besos y abrazos
Bruno R. Bontá
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