
Mira, mira, ¿ves eso de allí?
La luna moteada en plata se levanta sobre el crepúsculo.
Una niña camina en cunclillas sobre la estrella
y soñolienta desciende a su pecho blanco.
La memoria etérea de desvanece en la bruma,
y te veo, allí, acurrucado entre magnolias.
Un susurro pretérito se adormecerá entre tu sombra,
y una memoria etérea se reirá de nosotros.
El clavicémbalo murmura una vuelta por el universo,
en un viajo que muta con la eternidad de un segundo.