De la mano, danzando
mengúan los ojos de sueño;
y con los dedos huraños
a ciegas me entrego.
Tengo una cinta en los labios
[de almendras y cerezas]
y unas cuantas caricias del insectario.
Duermen los sonetos y una galaxia de misterios
En un rincón de nuestro vetusto armario.
Dirán que te quise menos que a mis pequeños
que a mis sinestesias
que al albor de
albor de un idilio
y entre retrospectivas
me mirarás entre magnolias.
2 comentarios:
Hace tiempo que no nos veíamos por estos lares tan tetradimensionales, es quizás por eso que te veo distinta, algo mas pálida, como si te hicieras parte del otoño en realidad.
No sabes cuan bien me hace verte, cada vez que suceden estos encuentros fortuitos, me entregan ciertos bríos de viejo taciturno.
Gracias por sacudir mi neuronilla
Atte.
el de las Mariocas
Escribes bonito, saludos
hugo
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