jueves, 2 de abril de 2009


Decirte "No" fue como destrozarme el corazón a mordiscos, y créeme, ser concecuente es la más horrenda de mis torturas.


Duele, duele hasta lo invisible.














Nada de poesía hoy, siento que me vence la anemia.
Dicúlpenme, pero prefiero esta vez darle un par de golpes al silencio.

1 comentario:

Rogelio dijo...

El corazón pulula
finos hilos de plata
no ser quienes debemos
silencio mortuorio

corazón al galope
mordiéndote la lengua
sangre en tus rodillas
como la procesión del mártir
teme a correr y a sufrir
como los hijos de Caín