- Dime, ¿qué eres?
- Una mazmorra de nervios, atada a columnas de fuego frío.
- ¿Qué sientes?
- Una daga atravesada en las entrañas, que se adentra en mi inconciencia y exprime mis memorias.
- ¿Qué ves?
- Veo millares de penumbras que asechan desde sus tumbas, susurran algo, pero no está en mi entendimiento sus palabras.
- Está bien, debes despertar.
- ¡Espere! uno de ellos me llama, en sus ojos de metal escarlata puedo verlo.
- No, debes despertar; los demonios no pueden absorberte en esta etapa de regresión.
- Es una mujer... necesita ayuda, debo socorrerla.
- ¡No! ¡No volverás a ver tu mundo!
- ¿Mi mundo dice?, hace tiempo que dejé de pertenecer acá.
2 comentarios:
Hace tiempo escribiste en mi blog.
Bueno respondo a tu mensaje.
Ojalá estés bien , y creo que después de todo , puedo perdonarte lo que pasó. De todas maneras también fue mi culpa.
saludos!
Suave y deliciosa, una almendra metalica tostada en la luna.
Publicar un comentario